sábado, 3 de marzo de 2012

¿Por qué se lo critica tanto a Messi?

En Barcelona lo aman, en Argentina todavía es desistido por algunos. Cuando debutó en el conjunto español los hinchas ya empezaban a apreciarlo, cuando jugó sus primeros partidos en la Selección nacional muchos decíamos que no era lo mismo que demostraba en su club. El tiempo pasó, Messi ya no es ese chiquilín que vistió por primera vez la camiseta del Barca a los 17 años en 2004 ni ese que se calzó la celeste y blanca en 2005 con 18 pirulos. El tiempo pasó, pero muchos lo siguen criticando. ¿Porqué?.

En el equipo Culé tiene los mismos compañeros de creación desde hace ocho años, obviamente hablo de Xavi e Iniesta. Dos futbolistas que se entienden a la perfección con Messi y viceversa. Otros jugadores talentosos como Ronaldinho o un delantero fantástico como el camerunés Eto'o han estado acompañandolo también en su juego. Hoy hay nuevas estrellas como Fabregas o Villa, pero ese triángulo Xavi-Iniesta-Messi jamás se rompió. Y en Argentina, ¿a quiénes tiene como asociados a su fútbol?.

Claramente se vio que la Pulga se entendió casi a la perfección con Agüero en el último partido de la Albiceleste frente a Suiza en la victoria por 3-1 con tres goles del mismísimo Messi. Parecía que hubieran jugado juntos desde chicos. Nunca se los había visto comprendiéndose de tal manera. Además, se lo vio con actitud goleadora como la que tiene en España, con olfato de gol, y no con una conducta de un delantero que su especialidad es tirar centros. Ya que como se sabe, cuando las cosas no salen o no reciben la pelota, los puntas suelen retroceder hasta el centro del campo para arrancar desde ahí y poder aunque sea meter una asistencia. Bueno, entonces se puede decir que por fin llegó la maduración de juego entre ambos, de delantero con delantero, de la dupla Messi-Agüero. Pero en el medio, ¿con quién se entiende?.

Facilmente me salen diez mediocampistas con los que jugó en la Selección: Cambiasso, Mascherano, Gago, Banega, Maxi Rodríguez, Pastore, Aymar, Di María, José Sosa, Braña, etcétera. ¿Alguno de estos futbolistas tuvo una evidente asociación con el delantero surgido en Newell's? Nunca. Tal vez en la Copa América del año pasado Gago tuvo algún tipo de entendimiento con él al darle algunas asistencias, aunque también es cierto que el ex número cinco de Boca jugó poco en ese torneo, pero nunca se vio esa triangulación de pases como se observa en el Barcelona. Esto hace que al jugador de 24 años le cueste tanto marcar goles. También está claro que hay una diferencia enorme entre jugar con Xavi a tener que hacerlo con Braña.

Obviamente que me dio mucha bronca que no haya hecho ningún gol en el Mundial de Sudáfrica ni en la Copa América pero nunca puse en duda su hablididad y capacidad futbolística. Pero hay un por qué de sus pocas anotaciones y ese motivo lo estoy planteando en gran parte en esta nota de opinión. Jamás llegué a decir las barbaridades que dicen algunos periodistas como ser que Messi no siente la camiseta o que sólo le importa su equipo español, ya que pienso que no hay nada más lindo y motivante para un deportista que vestir la camiseta de su país, independientemente de la disciplina. Se lo ha criticado con maldad. ¡Y con cuanta maldad!. Pero poco a poco Lionel se las va ingeniando, utilizo este termino porque es evidentemente claro que los jugadores de la Argentina no poseen los mismas cualidades técnicas que los del Barcelona.

Lamentablemente, aunque sea en un futuro cercano, no veo a futbolistas argentinos que puedan llegar a tener las habilidades de Xavi o Iniesta, pero es probable que esté pidiendo mucho. Por eso mantengo que el rosarino cada vez se está adaptando más y se está arreglando mejor con los colegas que le tocó en la Albiceleste. Entonces, llego a un resumen y planteo lo siguiente: si el problema no está en él, sino que está en los compañeros que le tocó en el seleccionado nacional, ¿porqué se lo critica tanto a Messi? Seguramente, todos los que lo insultan tendrán la respuesta.

Nahuel Tassi

jueves, 2 de febrero de 2012

Cómo Nelson Mandela utilizó el rugby para salvar a un país

El apartheid, que era la discriminación y desigualdad de derechos que había de los blancos hacia los negros en Sudáfrica, duró más de 50 años y se terminó gracias a la ayuda política y social de Mandela sumado a un evento deportivo: la Copa del Mundo de rugby de 1995, que fue obtenida por los Springboks en tierra local.

Mandela es un líder gobernante de 93 años que fue presidente de Sudáfrica desde 1994 hasta 1999 y vio la posibilidad de usar este deporte como instrumento político para poder unir a la raza negra con la blanca. Es decir, terminar con el apartheid.

La Selección sudafricana de rugby, denominada Springboks (que significa antílopes sudafricanos), jugaba el Mundial de 1995 en su país y el presidente de la nación les hizo entender a "sus chicos", como les decía él, que ganar ese torneo no era sólo la felicidad de ellos y del pueblo, sino que esa felicidad iba a lograr que negros y blancos dejaran de odiarse y festejaran algo en común. Iba a lograr que ambas razas tuvieran una alegría y así poder unificar a las dos sociedades.

¿Por qué Mandela hacía tanto énfasis en la Copa del Mundo de rugby? Porque a los blancos el deporte que más les gustaba era el rugby; y a los negros, el fútbol. Al presidente le costó mucho que los negros apoyaran a los Springboks, ya que era un deporte sumamente de blancos y no querían saber nada con ellos por el maltrato que les habían proporcionado durante años. Pero la única solución era que los negros se unieran a los blancos, que apoyaran a los Springboks y así poder tener una república unificada, una república en paz.

La Selección sudafricana jugaba su primer partido del grupo nada más y nada menos que contra el último campeón del mundo: Australia. El resultado fue un sorprendente 27-18 favorable a los Boks. Luego se enfrentaron contra la débil Rumania y ganaron 21-8. Después vapulearon a Canadá 20-0 y los locales accedieron a los cuartos de final.

En ese momento comenzaba la etapa difícil, comenzaba la rueda donde no había partidos más fáciles que otros y todos los contrincantes iban a ser de primer nivel. La primera prueba fue contra Samoa Occidental, a la cual la pasó por alto al vencerla 42-14. La segunda fue contra Francia, que el encuentro casi se suspende por una inundación en el campo, y también la superó al ganarle agónicamente 19-15 tras un scrum favorable a los franceses, en el cual Kobus Wiese, jugador sudafricano, invocó un grito de guerra con el objetivo de motivar a sus compañeros para que el rival no avanzara porque sino el partido estaría perdido. Y así fue: los Bleus no avanzaron y los Springboks pasaron a la tercera y última prueba, la gran final.

El 24 de junio de 1995 era la instancia cúlmine de la Copa del Mundo y los sudafricanos se medían ante la mejor Selección de la historia del rugby: Nueva Zelanda. Los All Blacks contaban con su mejor jugador y gran estrella: Jonah Lomu, que había dejado en ridículo a los rugbiers ingleses en la otra semifinal disputada. Esa tarde, James Small era el encargado de marcar a Lomu, que era 10 centímetros más bajo y pesaba 30 kilos menos que el neozeolandes.

Francois Pienaar (el rubio de la primera foto), capitán de los sudafricanos, afirmó: "No pude cantar el himno de la emoción. Sabía que si lo hacía me iba a venir abajo. Así que me mordí el labio. Me lo mordí con tanta fuerza que sentí el sabor de la sangre".

Mandela agitando la gorra que le regaló el rugbyer Hennie Le Roux siempre acompañado por su guardaespaldas número uno: Linga Moonsamy, el morocho de anteojos negros.

El encuentro terminó con un empate en 9 y por primera vez una final de un Mundial tenía que ir a prórroga. El segundo tiempo suplementario marcaba una igualdad de 12-12, pero al faltar seis minutos para el final, el gran jugador del partido y anotador de todos los puntos de su Selección en ese encuentro, Joel Stransky, convirtió un drop perfecto que le dio el campeonato a Sudáfrica con un resultado final de 15-12.

"¡Qué tensión, qué nervios! ¡Fueron los seis minutos más largos de mi vida! Miraba sin cesar mi reloj todo el tiempo y pensaba: '¿Cuándo va a sonar el silbato?' ", aseguró el presidente Mandela luego de terminado el match. Como broche de oro, el conjunto local no perdió ningún partido en ese torneo y fue el equipo menos goleado.

Pienaar levantó la copa junto a Chester Williamns, que era el único jugador negro de los Boks, junto a Joel Stransky, a Pieter Hendriks, a Adriaan Richter, a Gavin Jonson, a James Small, a Kobus Wiese, a Balie Swart, a Hennie Le Roux, a Kitch Christie, entrenador sudafricano; a Morné du Plessis, manager del equipo y ex jugador de la Selección durante diez años (1971-1981), de los cuales cinco fue capitán; a Nelson Mandela y compañía.

Mandela en la cárcel (de 1963 a 1990, de los 45 a los 72 años).

Al finalizar el partido, un periodista de la cadena de televisión SABC le preguntó a Mandela: "Qué ha sentido al tener 62.000 aficionados apoyándolos aquí en el estadio?". A lo que el máximo mandatario le respondió sin dudar: "No teníamos a 62.000 aficionados con nosotros. Teníamos a 43 millones de sudafricanos".

Había valido la pena que Nelson Mandela hubiera estado 27 años preso, 18 en Robben Island y 9 en Pollsmoor, y que en ese tiempo haya estudiado estando entre rejas para recibirse de abogado. Obviamente, los mismos gobernantes blancos lo habían mandado a la cárcel por sus ideas revolucionarias de unificación entre ambas sociedades. Había valido la pena tanto esfuerzo, tanto sacrificio. Había valido la pena porque finalmente negros y blancos dejaron sus diferencias de lado, porque festejaron un hecho en común y cumplieron el gran sueño de su presidente: que Sudáfrica, por fin, sea un país.

Un diario inglés informa en su tapa sobre la liberación de Mandela el 12 de febrero de 1990.


Nahuel Tassi

lunes, 9 de enero de 2012

"Cuando terminó la pelea del 2006, no me acordaba que había perdido por nockaut"

Marcelo Domínguez, ex boxeador campeón del mundo en seis ocasiones consecutivas, comentó anécdotas y vivencias a lo largo de su carrera. Hizo mucho énfasis en la pelea mencionada en el título cuando perdió en Gales con el local Enzo Maccarinelli en un doloroso técnico nueve. "En 2006 me dieron un piñazo terrible. Fue la primera vez que perdí por nockaut y me tuvieron que ayudar a bajar del ring. Hay baches que no me acuerdo de nada", se explayó el hombre que anteriormente había logrado el cinturón de la Confederación Mundial de Boxeo en la categoría Crucero.

Pero eso no fue todo lo que pasó en el combate con Maccarinelli. Una vez que llegó al vestuario estaba consternado por este nuevo hecho que sucedió en su carrera: se olvidó de muchos momentos claves de la velada y se sentía mareado todo el tiempo. "Estaba sentado, con los guantes puestos, lo miro a mi entrenador y le pregunto: '¿Todavía no empezó la pelea?', y me respondió: 'Ya terminó y la perdiste por nockaut'. No entendía nada", expresó con un rostro de confusión en una charla brindada a estudiantes de periodismo deportivo de Eter.

"Seguía sentado -dijo Domínguez-, y de repente siento que alguien me pone un teléfono en la oreja y me dice: 'Es tu mujer'. Lo miré y le contesté: 'Pero sacame esto de acá ya, ¿no te das cuenta que no puedo ni hablar?', y le pasé el celular a alguien". Además agregó que cuando volvió a entrenar al gimnasio en Buenos Aires se le acercó una persona y lo feclitó "por lo bien que había estado cuando terminó el combate". A lo que él le preguntó a que se refería y le respondió que "había dado una nota espectacular, que ni se notaba que había perdido por noackaut". En el momento que les contó esta historia a los alumnos presentes los miró y les dijo: "Estaba tan mal que ni me acordaba que me habían hecho una entrevista. No paraba de sorprenderme".

Domínguez cuando perdió por puntos con el ruso Nikolai Valuev de 2.13 metros en 2004.

En esta anécdota no es todo negativo, siempre se rescata algo de una mala experiencia. Lo siguiente fue para él una de las máximas muestras de respeto, por eso recordó: "Cuando estaba saliendo del lugar para irme al hotel veo al galés (por Maccarinelli) con su novia mostrándome el cinturón a los gritos. Yo no quería saber nada, estaba re caliente. Pero se me acercó, me dio un abrazo y me dijo: 'Yo no soy campeón del mundo por esto (al señalar al cinturón), yo soy campeón del mundo porque esta noche te gané a vos'. Eso me quedó grabado y me fui llorando de la emoción".

El boxeador que consiguió su primera corona mundial en 1995 ante el francés Hakim Tafer también habló sobre otros temas generales, como por ejemplo que se aceleraron los tiempos para que un boxeador comienze a pelear ya que "antes se empezaba a ser amateur a los 16 y ahora a los 14" y que actualmente "en Centroamérica nacen y ya les ponen los guantes". O como que "las comparaciones son odiosas", que no se pueden comparar "los del 70 con los del 2000, a (Ringo) Bonavena o (Mohamed) Alí con los de ahora" y que si él se ponía a hacer el Nicolino (Locche) se le movía "todo".

Domínguez es entrenador en Atlanta desde 2007 y cada vez que ve una pelea de sus pupilos o en la tribuna por placer se tiene que controlar porque se le van las pulsaciones. Hasta su esposa lo tuvo que ayudar a calmarse. "Una vez fuimos a ver una pelea y mi mujer, que es médica, se puso a llorar porque yo gritaba: 'Matalo guacho'. Se me iba siempre la presión y ella me medicó para que no me pase lo mismo ahora que soy D.T.", resaltó el también campeón argentino y sudamericano pero en peso pesado en 2002 frente a Fabio la Mole Moli. Por último, ante la consulta de cómo fue el cambio de boxeador a entrenador y de que actividad le gusta más, sin dudas, respondió: "Pasó un tiempo hasta que me acostumbré. Pero elijo cuando era boxeador porque el logro era mío, personal".

Nahuel Tassi